Día 9: Shushtar, la ciudad del desierto donde el agua es un bien preciado

Las doce del mediodía. Ahora sí estábamos listos para salir. Claro que no sabíamos en el horno al que estábamos a punto de meternos. Ese día estábamos a 50°C, ¡¡pero nos habían dicho que hacía 2 semanas habían estado a 65°C!! Así es, este lugar se disputa con otra región de Irán como las zonas más cálidas de todo el planeta. La otra zona es el desierto de los Kaluts, que han tenido el record de 80,8 °C. ¡Pero es que en este desierto no hay nada de vida, ni animales, mientras que Shushtar es una ciudad de 192.000 habitantes!

En esta ciudad del desierto la actividad no empieza como hasta las 20 hrs, cuando la temperatura “baja” y se pone “agradable” a unos 40 grados. Ahí es cuando sus calles comienzan a llenarse de gente, de niños corriendo, de bullicio, tráfico, cuando se escucha el rechinar de los portones de metal abriéndose en las tiendas y pequeños restaurantes de kebab. Así es, pero antes de esa hora, todo está muerto.

Incluso la gente que anda en moto se cubre toda la cara con una tela para no quemársela con el viento caliente.

 

Motorista con cara cubierta para no quemarse la cara

 

A esto hay que sumarle que el río Karún atraviesa la ciudad, además de un antiguo sistema hidráulico, por lo que al calor infernal hay que sumarle una terrible humedad, dejando como resultado un pueblo que vive totalmente detrás de las puertas y ventanas cerradas a cal y canto mientras el sol campa a sus anchas por las calles de Shushtar.

Shushtar se encuentra en una zona desértica de Irán, a la vez que es atravesada por el río Karún, lo que incrementa la sensación térmica de calor

Motoristas ante el río Karún y la mezquita del Viernes de Shushstar

Yo no lo sabía aún, pero incluso esa noche se me nublaría la vista por el calor. Veía todo borroso y solamente las luces de los coches y la calle. Bajo este calor aplastante, y una humedad que te saca hasta la última gota de tu cuerpo, lo único que te queda es hidratarte constantemente.

No obstante, Shushtar es una ciudad histórica con mucho encanto y está en una zona con importantes monumentos de gran valor histórico, por lo que merece la pena llegar hasta aquí.

Centro histórico de Shushtar

Peldaños para bajar al sistema hidráulico de Shushtar desde el siglo V a.C.

El agua resulta de vital importancia para todos los seres. Por los ríos de este planeta han navegado comerciantes, viajeros y ejércitos. Los ríos han forjado civilizaciones. Podemos ver cómo en Europa los ríos han ayudado a dar forma a las grandes ciudades que conocemos hoy como Londres o París, o cómo han generado grandes civilizaciones como la egipcia a lo largo del Nilo. Y si nos vamos más allá, hay que recordar que toda la civilización humana comenzó entre dos ríos: el Tigris y el Éufrates, en lo que llegaría a conocerse como Mesopotamia.

Shushtar no es la excepción. Por esta ciudad pasa el río Karún. Es un río en una zona muy desértica y donde por consiguiente el agua tiene gran valor. Por eso, los antepasados de esta ciudad defendieron el agua hasta con una fortaleza.

La peculiaridad de Shushtar es que comenzó como un complejo sistema hidráulico distribuido por toda la ciudad que, aunque ya en funcionamiento desde épocas de Darío (siglo V a.C.), las mayores construcciones que podemos disfrutar hoy en día son de época sasánida (siglo III d.C.).

Este sistema incluye puentes, presas, molinos, una fortaleza desde donde se controlaba la distribución del agua, canales (ghanats) subterráneos que abastecían de agua a casas y edificios, entre otras obras. Todo esto se encuentra distribuido por la ciudad así que, ¡vamos allá a verlo!

Para contextualizarnos, hay que remontarnos al siglo III d.C. en plena época sasánida y cuando Sapor era el rey del Imperio Persa. Su imperio estaba en plena extensión, iba ya desde la India hasta el Este de Turquía y Siria, y Armenia. Por otro lado, el Imperio Romano, el más grande imperio en esta época, estaba ya en decadencia, pero iba desde Inglaterra hasta el este de Turquía y Sira, y Armenia. Es decir, los dos mayores imperios de la época hacían frontera entre sí lo que les provocaba numerosos choques para ver quién era superior. Los sasánidas buscaban continuar con su expansión hacia el occidente, mientras que los romanos ante su fascinación por oriente buscaban dominarlo.

El Imperio Romano se encontraba pasando por inestabilidades políticas. Mientras del lado persa habían reinado Artajerjes y Sapor, del lado romano ya se habían sucedido 24 césares.

Definitivamente Roma necesitaba paz para poderse estabilizar, y es por eso que el emperador Filipo envía a su propio hijo a entrevistarse con Sapor. El motivo de la visita era cederles Armenia, foco de constantes choques entre ambos ejércitos, a cambio de paz. Sapor supo ver la oportunidad y no se conformó solo con Armenia, sino que además impuso la humillante condición al poderoso césar de tener que pagarle un tributo anual si es que quería la paz. El césar cumplió religiosamente cada año con el pago. Cada vez que se recibía en Ctesifonte (capital del imperio sasánida, hoy Iraq) al emisario con el pago, se celebraban tres días de fiesta.

Es curioso cómo el emperador Filipo en Roma se hizo llamar no solo imperator y augustus, sino que también persicus maximus (gran vencedor de los persas). Seguramente Sapor no supo nada de esto, si no ya hubiera puesto en cintura a Filipo.

No obstante, años después Filipo sería asesinado por sus propias legiones. Ante tal tesitura, el Imperio Persa dudó de si debería de atacar y conquistar de una vez por todas al Imperio Romano. Sin embargo el nuevo emperador, Decio, se apresuró en hacerle saber a Sapor que seguiría pagando el tributo tal como lo hacía su antecesor. Pero dos años después la zozobra volvería a llegar, ya que Decio fue asesinado y ahora 4 candidatos se disputaban el título de emperador. De vez en cuando éstos enviaban emisarios para granjearse favores y apoyos de Sapor.

Ahora sí ante esta situación tan caótica Sapor decidió dar el golpe letal al Imperio Romano y se dirigió primero hacia Armenia para comenzar a conquistar. Rápidamente fue dominando ciudades romanas y todo el imperio persa celebraba cada victoria de su poderoso rey.

Esta racha se vería levemente paralizada cuando finalmente se solucionó la disputa interna de Roma de los 4 candidatos a emperador: 3 habían sido asesinados por lo que ahora todo el poder se concentraba en uno solo, Valeriano.

La batalla decisiva entre ambos ejércitos se desarrollaría en Edesa, actual Sanliurfa, en Turquía. Mientras uno podría imaginarse un combate épico entre los dos ejércitos más poderosos del mundo, resulta que el imperio persa obtuvo una aplastante y rápida victoria ya que consiguió apresar al mismísimo Valeriano y varios altos rangos.

Sapor se encargaría de grabar esta apabullante victoria en varios sitios de su imperio. Ejemplo de ello lo podemos encontrar en Naqsh-e Rostam, cerca de Persépolis. Ahí Sapor mandó grabar este colosal relieve:

FOTO

En este relieve vemos a un confiado Sapor montando victoriosamente su caballo. Delante de él tenemos a dos emperadores romanos. A uno, Sapor le sujeta la muñeca derecha, signo de ser prisionero. Éste se ha identificado con Valeriano, mientras que el otro emperador que está hincado se ha identificado con Filipo, quien suplicó por la paz a cambio de sustanciosos pagos.

El relieve incluye un texto que dice: “una gran batalla ocurrió en Edesa. Tomamos con nuestras propias manos al césar Valeriano y lo hicimos prisionero, junto con los comandantes de su ejército, senadores y oficiales. Todos fueron capturados y enviados a Pars (provincia de donde viene el nombre de Persia y que está en la actual Irán)”.

Así, fue como Sapor pasó a la historia como uno de los grandes reyes sasánidas que doblegó a nada menos que tres emperadores romanos. Incluso, en toda la historia del Imperio Romano, Valeriano fue el único que fue tomado como prisionero de guerra.

Pero, ¿y qué pasó con el emperador Valeriano y sus legiones? Bien, si queremos ver lo que le ocurrió tendremos que ver este puente que se encuentra en Shusthar.

 
 

Valeriano y cientos de sus soldados, en calidad de prisioneros, fueron enviados a Shushtar, una ciudad ya muy adentrada en territorio persa, y alejada del Imperio Romano. Ya que los romanos eran buenos en ingeniería, fueron obligados a construir un puente que cruzara el río Karún y que además sirviera de presa. Esta construcción formaría parte del complejo hidráulico de la ciudad.

Si uno ve en un mapa global dónde hay ruinas romanas, es interesante, porque se verá cómo desde Roma hacia todos los puntos cardinales está lleno de monumentos romanos, estando los más alejados en oriente hasta la zona de Iraq; después, no hay absolutamente nada romano durante cientos de kilómetros, y lo siguiente es el puente romano de Shushtar. Más allá de este puente ya no hay nada de civilización romana en el mundo. Claramente se nota en una obra urbanística el resultado de la captura del emperador Valeriano y su legión.

Y así es cómo un emperador romano terminó sus últimos días, como prisionero y humillado, incluso se dice que Sapor obligaba al emperador Valeriano a tumbarse en el barro, para que el emperador persa lo utilizara como un taburete humano al montar su caballo. Prisionero y lejos de Roma, Valeriano y su ejército construyeron un puente que duraría durante siglos, hasta el nuestro, quedando como eterna prueba la derrota de uno y la victoria de otro.

Este es el puente romano más al Este que podemos encontrar

Otra parte de la ciudad que impresiona por su ingeniería es donde se encuentra el corazón del sistema hidráulico (150.000R – 4,05€), que desvía ríos y distribuye el agua por canales para poder así irrigar los campos alrededor de Shusthar. Esta obra fue terminada en el siglo III d.C.

Esta obra que vemos es del siglo III d.C., pero sus orígenes se remontan al siglo V a.C.

Esta concentración de agua genera tanta energía que en 1941 se construyó aquí una planta eléctrica. Hoy en día es la segunda a nivel nacional en términos de tamaño y capacidad. No hay duda que los sasánidas hicieron un buen trabajo.

Generación de energía a través del agua

Edificios en el complejo hidráulico

Cerca de aquí hay una deteriorada torre también de época sasánida que al parecer servía para medir la profundidad del río Karún.

 

Torre sasánida para medir el caudal del río

 

Parte también de este sistema es el castillo Salasel, que además de servir como fortaleza y lugar de mando, también tenía su función relacionada con el agua. Desde aquí se monitoreaba el proceso de distribución del agua en la ciudad (no cabe duda sobre la importancia que puede tener el agua en una ciudad del desierto).

El castillo Salasel, con 2.000 años de antigüedad, servía para asegurar una correcta distribución del agua

Te recomendamos también entrar al canal Darioun que se encuentra debajo del castillo. Este canal se construyó durante la época aqueménida (550 - 330 a.C.) y sirvió para proveer de agua a los habitantes del castillo e irrigar 36.000 hectáreas de campos a los alrededores.

 

Quizá veas que el canal está cerrado. Si este es el caso, busca al guardia y pídele que abra la puerta.

 

El calor era agotador y llevábamos todo el día bajo el sol. Afortunadamente en Shushtar encontramos algunas fuentes de agua, y compramos un montón de ciruelas para que nos ayudaran a hidratarnos. El enorme sol ya estaba cediendo y nos daba un poco de respiro.

Con la caída de la noche, nos fuimos al Shushtar Traditional Hotel. Un hotel mucho mejor que el nuestro, aunque también más caro. Fuimos aquí a refrescarnos un poco. Esta noche los del hotel nos invitarían dátiles y zumos, ya que decían que nosotros éramos sus “invitados”. La verdad es que yo creo que me vieron tan deshidratado que prefirieron darnos de beber antes de tener a un muerto en su restaurante, ja ja, pues ésta fue la noche donde comenzaría a ver borroso a causa del calor.

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