Soy Pancho. Cuando era niño estaba en un pequeño parque infantil donde entre los juegos había un puente colgante de madera. Seguramente no tendría gran altura pero yo estaba aterrado de cruzarlo. Ante las palabras de ánimo de mis padres - y seguramente ante la creciente desesperación de los niños detrás mío - me llené de valor y crucé el puente. Espero poder seguir cruzando puentes a lo largo de mi vida.
Lo que más me gusta es poderme pasar horas y horas en algún yacimiento arqueológico imaginándome cómo habría sido la vida en ese lugar, o esperar el momento perfecto para sacar una fotografía.
Creo que de todos los lugares se puede aprender algo. Y lo más importante es nunca dejar de maravillarnos y sorprendernos por un lugar.