Día 10: Khiva, donde el desarrollo y el progreso significaban esclavitud y muerte

Hoy comenzaríamos nuestro día recorriendo Khiva desde la Puerta Palvan Darvaza (también conocida como Puerta del Este) construida en 1835.

Después de la destrucción de Gengis Khan, Khiva realmente no comenzaría a desarrollarse si no a partir del siglo XVI. El origen del desarrollo no fue la innovación ni las ciencias, si no un mercado de esclavos que justamente se llevaba a cabo en las afueras de la Puerta Palvan Darvaza.

Este temido mercado despertó el terror de miles de víctimas que cayeron bajo sus cadenas, pero que a la vez fue el motor del desarrollo económico de la ciudad y de sus habitantes que sí gozaban de libertad. Las afueras de Khiva no eran recomendables para cualquiera, era un enjambre de salvajes jinetes en busca de presas, que las encontraban principalmente cuando alguna caravana de mercaderes pasaba por aquí o con pescadores del Mar Caspio.

Puerta Palvan Darvaza. Es en este lugar donde se desarrolló el mercado de esclavos hasta 1873

En frente de esta Puerta desfilaron caravanas enteras con las manos atadas y cuellos unidos uno al otro con una soga o cadena. De acuerdo con un ruso del S. XIX que se hizo pasar como un comerciante turco calculó que había 30.000 esclavos en el bazar. Estos estaban por lo general atados de los cuellos y pobremente alimentados, con el fin de debilitarlos y disminuir así sus posibilidades de huída. El precio de un esclavo seguía las leyes de la oferta y la demanda. Cuando había una guerra (y por tanto muchos nuevos esclavos presos de guerra) o llegaba una nueva caravana, los precios bajaban ante la amplia oferta de seres humanos a la venta. La nacionalidad más numerosa de esclavos eran los persas, aunque también había otros como rusos e incluso hay constancia de algún finlandés. Para el trabajo forzoso los rusos eran los mejor valorados (se podía pagar hasta 4 camellos o 2 buenos caballos por ellos) y para el harem las mujeres persas eran las más codiciadas.

A estas puertas se les clavaba de la oreja a los esclavos que intentaban huir

Para aquellos que intentaban escapar no les esperaba nada bueno. Como primera amonestación se les azotaba con un látigo o se les cortaba una oreja o alguna parte pequeña del cuerpo. Si volvían a intentar escaparse entonces se les clavaba de la oreja a una de las gruesas puertas de madera de Palvan Darvaza durante 3 días sin comida o agua. Pocos sobrevivían a esta tortura.

El diplomático inglés James Abbot escribió en el siglo XIX sobre Khiva: “Quien entra en Khiva abandona toda esperanza, con tanta seguridad como quien entra al infierno. Su prisión está rodeada de huellas en el desierto cuyos únicos habitantes son los vendedores de carne humana.”.

El mercado de esclavos fue cerrado oficialmente en 1873.

Cerca de la Puerta Palvan Darvaza se encuentra el palacio Tash Hauli (siglo XIX), mandado construir por el Khan Alla Quli, cuyas ambiciones desproporcionadas solo podían ser superadas por su crueldad. El Khan quería su palacio construido en menos de 3 años. Los arquitectos de mayor renombre de la época fueron asesinados por el Khan en cuanto le decían que terminar el palacio en 3 años era imposible. Y tenían razón, el palacio fue finalmente terminado en 8 años y con apoyo de 1.000 esclavos. ¿El resultado? Un impresionante palacio con millones de azulejos lapislázuli, 163 habitaciones y 3 patios principales que servían como harem, la habitación principal para las audiencias con el Khan y la zona administrativa.

Salón de audiencias del Khan. Sobre la base de piedra en la esquina inferior derecha de la foto se ponía una yurta en invierno desde donde el Khan despachaba

El harem, con 4 estancias para cada una de las mujeres del Khan, y una quinta estancia como salón de reposo

Cuando vengas a este palacio ten cuidado de que no se te pase alguna entrada. Este palacio extrañamente se encuentra dividido en dos, y cada parte tiene su propia entrada. La entrada que se encuentra en el lado sur está un poco oculta, así que no la pases de largo, ¡ya que te estarías perdiendo del salón del trono!

Después de esta visita fuimos a la madraza Islom-Hoja (comienzos del S.XX), que tiene el minarete más alto de Uzbekistán, con 57 m. de altura. Al minarete no subimos y dentro de la madraza es hoy en día un museo de arte que vale la pena visitar. Tiene trabajos de carpintería, alfombras, piedra labrada y otro tipo de artesanía de la región. Islom-Hoja fue un personaje ilustre de la historia khiviana, ya que buscó llevar la modernidad occidental a esta parte del mundo, construyendo una madraza donde se enseñaría al estilo europeo, construyó un hospital y trajo el telégrafo a este oasis del desierto. Desgraciadamente fue tan ilustre esta persona, que para el Khan representó competencia por lo que decidió asesinarlo.

Madraza Islom-Hoja

El minarete Islom-Hoja es el más alto de todo Uzbekistán

Cerca de esta madraza se encuentra el mausoleo de Pahlavon Mahmud. Éste fue otro hombre ilustre, poeta y luchador del S.XIV, que le permitió convertirse en el santo de Khiva. Su mausoleo data del año 1326 y mucha gente entra aquí a rezar. Cuando nosotros entramos había varios soldados rezando.

Mausoleo del patrón de la ciudad Pahlavon Mahmud

Soldados orando dentro del mausoleo Pahlavon Mahmud

Hasta aquí llegaría nuestro día de hoy. El resto del día lo ocuparíamos en recorrer las callejuelas de Khiva, y perdernos por sus rincones.

Antes de pasar a nuestro siguiente día, hay algo importante que contaros. Teníamos ganas de visitar el Mar de Aral y las Qalas (castillos) del desierto. La gran pregunta era: ¿cómo nos vamos? Para no extenderme aquí contando historias os contaré la forma breve. Podéis iros a la oficina de turismo (que se encuentra en frente de la entrada al Ark) y preguntar si hay expediciones de gente que vaya a estos sitios. Por lo general, cuando algún turista quiere ir, va a esta oficina y se apunta. Una vez que se haya juntando un buen número, salen expediciones.

Otra opción que tienes, y es la que altamente recomendamos, es dirigirte a la Puerta del Oeste y preguntar por Izzat Jumaniyazov (998914368945, khorezm@gmail.com). Él es un chico uzbeko que habla un perfecto español, y sobre todo, es muy amable. Él hace recorridos al Mar de Aral y las Qalas en su coche, incluyendo una noche en campamento de yurtas. Te recomendamos que el primer día de tu llegada, lo busques y quedes con él para la excursión. La excursión que nosotros hicimos fue de dos días y una noche durmiendo en una yurta. En este tiempo recorrimos: el museo de Nukus, el Mar de Aral y las Qalas del desierto. El coste fue de 130 euros por pareja. Nosotros haríamos este viaje con un par de vascos muy majos.

Incluso, la familia del hotel que hemos recomendado aquí, son muy amigos de Izzat, por lo que si te hospedas aquí, podrás preguntar por él y seguro lo contactan.

Khiva al atardecer



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