Día 4: Diliján, de ruta por las montañas
Nos despertamos por la mañana. La temperatura era notablemente más fresca que las que habíamos tenido en el resto del viaje. Estábamos como a unos 10 grados centígrados; es decir, unos 20 grados menos que en el resto del país. En frente de nuestro hotel discurre el río Aghstafa y detrás de él las montañas con sus miles de robles.
Estas benignas temperaturas y lo idílico del lugar es lo que ha convertido a Diliján primero en lugar de caza favorito de los reyes armenios medievales; y después, en lugar de reposo para las clases aristocráticas de la Rusia imperial del siglo XIX; de la independiente Armenia de inicios del siglo XX; y durante la época de la Unión Soviética. Desde el 2002 Armenia ha decidido preservar todo este paraje convirtiéndolo en 1 de los 4 parques naturales del país. Diliján se encuentra dentro de este parque natural que tiene 240 km2, y de aquí salen decenas de rutas para explorar las montañas, ríos, lagos y monasterios del lugar.
Eloísa y yo tomamos una ruta que duró poco más de 2 horas de unos 4 kilómetros. Fue momento de dejar nuestro coche descansar y poner a mover más nuestras piernas. Así que, después de un buen desayuno, llenamos nuestras botellas de agua, cogimos nuestras mochilas, y…. regresamos a por el coche… el inicio de la ruta estaba más lejos de lo que pensábamos.
La ruta que elegimos es la que pasa por 2 monasterios medievales en ruinas. Lo reconocemos, estos monasterios no son los más impresionantes que vimos durante el viaje, pero lo bueno es que nos daban una idea de cómo serían todos los monasterios en época antigua; es decir, sin ningún parking de coches cercano, sin pequeños puestos atendidos por hombres y mujeres ataviadas con típicas prendas armenias vendiendo dulces de fruta disecada o panes (delicioso todo esto, no nos vamos a quejar), o sin autobuses llenos de turistas. No, aquí lo único que encontrarás son hayas y robles, el trinar de los pájaros y el relajado sonido de algún arroyo cuando pasas cerca de él.
El primer monasterio que nos encontramos fue Jukhtak Vank, que incluye 2 pequeñas iglesias construidas en el siglo XI o XII: Surb Grigor y Surb Astvatsatsin.
Iglesia Surb Grigor
Iglesia Surb Astvatsatsin
Altar de la iglesia Surb Grigor
La cúpula de la iglesia Surb Grigor se desprendió hace años
Inscripciones en el interior de la iglesia Surb Astvatsatsin
Altar en la iglesia Surb Astvatsatsin
Al salir de Surb Grigor nos encontramos con una escena que no nos esperábamos, y que después supimos que es algo que divide a la sociedad armenia. Nos encontramos con un gallo sacrificado. Bueno, mejor dicho, nos encontramos con su cabeza y sus patas. El cuerpo estaba desaparecido.
Gallo sacrificado en Surb Grigor
Fuimos testigos de “Matagh”, una tradición autóctona de Armenia y que al parecer se remonta a la época de San Gregorio el Iluminador, aquél que trajo el cristianismo a este país. Cuando se puso a difundir la religión de la cruz por todo el reino, algunas crónicas cuentan que San Gregorio sacrificaba animales para darle la carne a los pobres, y de paso agradecer a dios.
Nos encontramos otro gallo también sacrificado en Surb Astvatsatsin
Matagh se realiza en señal de gratitud para dios, después de que éste hubiese ayudado a curar a una persona, o por haber ayudado a alguien en un infortunio. También se realiza para pedir por la paz de un alma difunta. En Armenia el servicio militar es obligatorio cuando cumples 18 años. Y actualmente la situación es un poco tensa entre Armenia y Azerbaiján, por lo que cuando un soldado regresa sano y salvo, algunas familias también acostumbran hacer matagh. Una vez que se tiene el motivo para hacer matagh, los otros 2 ingredientes que necesitas son: el animal macho y sal.
Sí, sal. La carne del animal deberá de cocinarse con sal que previamente debió ser bendecida; de otra manera se trataría de un simple rito pagano. Si el animal que se sacrifica es una vaca, entonces la carne deberá de distribuirse en 40 hogares. Si el animal es un cordero u oveja, entonces se debe de distribuir en 7 hogares. Si es un gallo, en 3 hogares. Y si es una paloma, no es necesario distribuir su carne. El matagh no puede realizarse 40 días antes de pascua, ni los miércoles o viernes.
Pequeñas figuras religiosas con un kashkar de fondo
Cuando preguntamos a la gente sobre el significado de estos gallos muertos, la mayoría hacían una mueca un poco de desprecio, diciendo que era una tradición muy antigua y que solo siguen unas personas.
Continuamos con nuestra ruta.
Ruta que hicimos Eloísa y yo
Llegamos a nuestro segundo objetivo de la ruta, la iglesia Matosavank. Por fuera parece pequeña, monótono y sin gracia…
Iglesia Matosavank con cruz de madera encima
… pero al atravesar su puerta de metal oxidada que estaba entre abierta, vimos que por dentro…era efectivamente pequeña… pero tan cautivadora y misteriosa que Eloísa y yo nos quedamos una media hora disfrutándola.
Al parecer esos nichos eran utilizados para depositar libros en la antigüedad
Un último vistazo antes de irnos
Matosavank fue construida por Avag en 1247. En ese entonces estas iglesias y caminos por los que estábamos Eloísa y yo estaban bajo el poder mongol.
Después de nuestra pequeña ruta volvimos a Diliján. Teníamos la tarde libre, por lo que nos dedicamos a caminar al lado del río Aghstafa y curiosear algunos de los monumentos o símbolos soviéticos que quedan en esta ciudad.
Noria abandonada de época soviética
La estrella comunista y el símbolo de la hoz y el martillo
Monumento levantado en 1970 para conmemorar el 50 aniversario de Armenia dentro de la URSS
Este es el monumento a soldados soviéticos más grande de todo el Cáucaso. Es un soldado cargando a un camarada herido durante la II Guerra Mundial
Mañana sería un día largo, recorreríamos más de 200 kilómetros pasando por lagos y serpenteantes carreteras en montañas, por lo que era mejor regresarnos ya al hotel y descansar.