Día 5: lago Sevan, cementerio Noratus, caravasar, y monasterio Tanahat

El día de hoy recorreríamos varios sitios con el coche y de lo más variopinto. Primero visitaríamos el lago Sevan y su monasterio. Después iríamos al enorme cementerio medieval Noratus. Ascendimos las montañas Vardenyats para ver un caravasar de la Ruta de la Seda. Terminamos el día en el monasterio Tanahat.

Primero lo primero, ¡el lago Sevan! Al salir de Diliján la carretera continúa ascendiendo por las montañas. Es una delgada y serpenteante línea gris de asfalto atravesando una tupida mancha verde de pinos, hayas y cedros. Una vez que la carretera atraviesa un túnel y estamos del otro lado de la montaña, el paisaje cambia radicalmente. Ahora las montañas carecían de árboles y conforme descendemos de la montaña la temperatura asciende.

El lago Sevan es uno de los 3 “mares” de la antigua Armenia y es el único que queda dentro de su territorio. Los otros dos son Van y Urmia, ahora en Turquía e Irán respectivamente. Este lago es tan grande que ocupa un 5% de la superficie de todo el país, siendo así el más grande no solo de Armenia si no de todo el Cáucaso; incluso, uno de los más grandes de alta altitud de toda Eurasia.

El lago Sevan es uno de los más grandes de Eurasia y se encuentra rodeado de montañas, pero cuando nosotros fuimos estaba nublado

Aunque el lago tiene diferentes actividades de entretenimiento (restaurantes, canoas, etc…) la mayoría de los viajeros se dirigen al monasterio Sevanavank, que se encuentra en una pequeña península.

El monasterio Sevanavank incluye la iglesia Arakelots (izquierda) Astvatsatsin (derecha)

Esta península, llamada Sevan, hasta hace relativamente poco era una isla. Este era uno de los lagos más profundos de Eurasia con 95 m. de profundidad. No obstante, un señor llamado Soukias Manaserián tuvo la idea en 1910 de querer aprovechar agua del lago para proyectos de irrigación. ¿Qué implicación iba a tener esto para el pobre lago? Que 45 m. de profundidad iban a desaparecer (¡casi la mitad!). Para 1933, en plena época estalinista donde siempre “más era mejor” se decidió reducir el agua del lago en 55 m de profundidad (¡más de la mitad!). Afortunadamente “solo” se disminuyeron unos 18 m de profundidad hasta que el proyecto fue cancelado una vez muerto Stalin. Y es así cómo, por esta bajada de agua, históricamente el monasterio Sevanavank que estaba en una isla, ahora se encuentra en una península.

El monasterio Savanavank es del siglo IX, aunque en la imagen se aprecian las ruinas de una iglesia anterior

El monasterio Savanavank fue construido en 874 con el patrocinio de la princesa Mariam.

Iglesia Arakelots

Altar de la iglesia Arakelots

Iglesia Astvatsatsin

Khachkars con iglesia Arakelots de fondo

Seguimos bordeando el lago Sevan con nuestro coche para ahora dirigirnos al cementerio Noratus. Para imaginaros el enorme tamaño de este cementerio, podéis imaginaros más o menos 2 campos y medio de fútbol cubiertos con más de 1.000 tumbas, o khachkars, que básicamente son lápidas donde en la mayoría de los casos hay una cruz (khach) tallada en la piedra (kar). Ése es el cementerio Noratus, con khachkars que van desde el siglo V hasta la actualidad.

Algunos khachkars son muy sencillos, ¿quizás sean los más antiguos?

La mayoría de los khachkars son sumamente elaborados

La cruz suele ser el motivo principal en los khachkars

Cada uno de los khachkars tienen un diseño único

Encontrarás khachkars en cualquier iglesia o monasterio de Armenia

Algunos de los khachkars muestran cierta influencia musulmana, ya que fueron tallados en época medieval bajo la dinastía safávida iraní

En este khachkar vemos a un caballero con su espada montado a caballo

Khachkars de pequeños

En ningún lugar de Armenia puede faltar un pequeño altar improvisado

Según una leyenda, el pueblo de Noratus se salvó de ser arrasado por el ejército de Tamerlán en el siglo XIV, ya que sus habitantes “vistieron” a los khachkars con ropa, cascos y lanzas, y desde lo lejos parecía un imponente ejército de 1.000 soldados

Era momento de continuar con nuestra ruta. Esta vez el camino iría ascendiendo por las montañas de la región Vayots Dzor, con unas vistas impresionantes.

Eloísa ante las montañas Vardenyats, a 2.410 m. sobre el nivel del mar

En invierno estos picos se llenan de nieve. Y ya llegar hasta su cima andando tiene que ser sumamente difícil en tales condiciones. Y más si vienes cargado con mercancías y animales. Es por eso que en este lugar el príncipe Chesar Orbelian decidió construir en 1332 un caravasar.

Los caravasares eran refugios o posadas donde viajeros y mercaderes podían llegar a descansar. Aquí podrían dejar su carga y animales a buen recaudo. Por toda la Ruta de la Seda, desde Beijing hasta Estambul, uno puede encontrar caravasares de este tipo. ¡Espera! ¿Quieres decir que éste es un caravasar de la mítica Ruta de la Seda? Sí, así es. Hay que recordar que esta famosa ruta no era un único camino, si no que tuvo muchas ramificaciones en su paso de oriente a occidente, y una de esas ramificaciones pasaba precisamente por Armenia. Y es por eso que nos podemos encontrar con este caravasar en las montañas Vardenyats.

Entrada al caravasar Orbelian

El interior del caravasar son 3 naves. Esta central, y una a cada lado. Los animales se instalaban en las naves de los lados, y las personas al fondo.

¿Un animal? No, yo.

Es en este punto donde cristianos y musulmanes se encontraban. De un lado musulmanes viniendo desde tan lejos como Afganistán, Uzbekistán, Irán; y por otro lado cristianos viniendo desde Europa. Ambos grupos intentando intercambiar mercancías, y ya de paso aprovechar para hacer intercambio de información e ideas también. Y precisamente el constructor de este caravasar, el príncipe Chesar Orbelian, representa muy bien esta situación, ya que sus antepasados mismos eran una mezcla de familias aristocráticas cristianas y musulmanas provenientes de Georgia. Por ello, esta multicultural familia legitimaba al príncipe como gran mediador entre georgianos, armenios y persas; así como cristianos y musulmanes.

De hecho, en la entrada al caravasar nos encontramos con una inscripción en árabe, persa y armenio, que cuenta sobre la construcción de este lugar.

Inscripción en árabe

Inscripción en persa

Inscripción en armenio

Continuamos echando kilómetros por serpenteantes carreteras de montaña armenias para llegar al monasterio Tanahat.

Y de pronto, helo ahí, el pequeño monasterio Tanahat.

 

El monasterio Tanahat realmente se encuentra aislado de todo

 

¿Qué fue lo que nos trajo hasta aquí? La verdad es que es la misma pregunta que me hice al llegar, ja ja. No sé por qué lo elegí como sitio turístico. Pero bueno, ya estábamos ahí así que había que aprovecharlo. Aún así, tengo que decir que estar ahí solos, ante ese monasterio medieval, en medio de esas montañas y un fuerte aire soplando, le daba una vibra.

Este monasterio es del siglo VIII, y fue construido sobre un antiguo templo pagano dedicado a la diosa Anahit. El monasterio tuvo sus puertas abiertas hasta la época medieval.

Interior del monasterio Tanahat

Y aunque hoy no hay ningún alma alrededor de este monasterio, cierto es que en la época medieval tuvo que haber sido un lugar con mucha vida y frecuentado por mucha gente. Primero, en el año 735 se enterró aquí el cuerpo de Stepanos Syunetsi, quien fue un músico armenio y traductor del griego (incluso se puede escuchar música de él en Spotify).

Quizás por el pasado de este personaje tan ilustre en este lugar, es que alrededor de 1280 se fundó aquí la universidad Gladzor, una universidad donde se podía aprender música, astronomía, geometría, aritmética, lógica, gramática, y retórica. Los estudiantes se encontraban enclaustrados en esta universidad-monasterio durante 8 años, que duraban los estudios. Lo único que había a kilómetros a la redonda eran montañas y más montañas, por lo que probablemente gracias a este aislamiento y cero distracciones era que los alumnos salían muy bien preparados de aquí, llegando a ser una de las mejores universidades de la Armenia medieval. No obstante, parece ser que la universidad duró pocos años abierta (cerró en 1338) y hoy en día es muy poco lo que queda de ella.

Restos de la universidad Gladzor

Por último, lo que llama la atención del monasterio Tanahat son los animales tallados que tiene en su fachada.

El león devorando al toro es el escudo de la familia Orbelian

Un águila con un cordero en sus garras es el escudo de la familia Proshian

Ya comenzaba a atardecer y todavía teníamos que hacer varios kilómetros por las (no siempre buenas) carreteras de Armenia para llegar a nuestro alojamiento, Park-Hotel Khoren’s Lake (8.000 AMD - 18,75 €). Escondido entre unos árboles, y pegado a una escarpada roca, tuvimos problemas para encontrarlo aún y con GPS. Las noches eran totalmente obscuras, ya que no había nada alrededor. Y las 4 habitaciones del pequeño hotel eran regentadas por una amable señora. Constantemente nos llevaba fruta a Eloísa y a mí. Era muy platicadora. ¿Cuál era el problema? Que solo hablaba armenio (lengua en la que obviamente Eloísa y yo no sobresalimos). Por más que intentábamos explicarle a la señora con señas que no hablábamos armenio, ella seguía con sus largos monólogos; a veces con pequeñas pausas, como esperando respuesta de nuestra parte, y ante la ausencia de éstas, continuaba el monólogo. Cuando se le acababa el hilo de la conversación, o cuando se daba cuenta que por más que nos hablara el armenio no iba a llegar milagrosamente éste a nuestras bocas (por más iglesias y monasterios que haya en este país), era cuando se quedaba en silencio mirándonos fijamente por largos incómodos momentos. Y no era que Eloísa y yo pudiéramos poner una sonrisa en nuestra cara y decir “adiós” con un gesto e irnos, ya que en una ocasión la señora se metió en nuestra habitación para contarnos por largo rato alguna de estas cosas que tenía que decirnos.

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Día 4: Diliján, de ruta por las montañas