Día 11: Pasargadae, Persépolis, Naqsh-e Rostam y Naqsh-e Rabaj

7 de la mañana. Estamos amaneciendo en el autobús y éste ya está en la estación de Shiraz. Nuestro couchsurfer esperando por nosotros. Afortunadamente nos llevó a desayunar a un buen restaurante, ¡ya necesitábamos recargar baterías! Fuimos al Haft Khan Complex, un edificio de siete plantas donde cada una tiene un tipo de restaurante diferente. El nombre proviene de un poema persa llamado Shahnameh, que va sobre las siete tareas que tenía que realizar Rostam para salvar a su sha. ¡Realmente recomendado el sitio!

Shiraz, ciudad antigua ya mencionada en el Avesta (libro sagrado zoroastra), también base para conocer todos los monumentos que tiene a su alrededor. Nuestro couchsurfer nos llevó a todos los sitios en su coche, por lo que no podremos contaros ni cómo llegar ahí ni por cuánto.

Las ruinas más alejadas de Shiraz (130 km), y las más antiguas también, son las de Pasargadae (150.000R – 4,05€). Aquí fue donde Ciro el Grande (599 – 530 a.C.) derrotó a su abuelo el rey meda Astiages. Por eso, Ciro decidió construir aquí una ciudad donde tendría uno de sus palacios.

Ciro el Grande es recordado con este nombre no por poca cosa. Conquistó grandes imperios (Meda, Lidio, Neobabilonio) y siempre respetó las costumbres y religiones de aquellas tierras que dominó. Fundó la dinastía Aqueménida y forjó el imperio más grande que la tierra había visto hasta aquél entonces.

Ciro edificó un gobierno con poder centralizado y que siempre trabajó en el beneficio de sus ciudadanos. Incluso, esto queda plasmado en la biblia en el libro de Isaías, donde Jehová le habla a Ciro diciendo que él mismo le ayudará a conquistar (Isaías 45, 1-3):


Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el dios de Israel, que te pongo nombre.


La relevancia de Ciro queda también manifestada con el uso de la palabra “ungido”, ya que la biblia lo menciona como el único no judío “ungido por Dios”. Este reconocimiento lo obtuvo ya que fue el monarca que liberó a los judíos de su exilio en Babilonia y que les permitió regresar a Jerusalén a reconstruir su templo.

Con Ciro se relaciona también la declaración de derechos humanos más antigua del mundo.

Cilindro con inscripciones cuneiformes con la primera declaración de derechos humanos del mundo

Este cilindro (actualmente en el museo arqueológico de Teherán) fue encontrado en Babilonia, Iraq, y es del siglo VI a.C. En él se dice cómo Ciro conquistó Babilonia de forma pacífica y cómo reconstruyó los templos no sólo de Babilonia si no de las ciudades aledañas también. A todos aquellos que habían sido deportados se les permitió regresar .

Poco nos queda de la Pasargadae de este gran rey, definitivamente lo más significativo e imponente que queda es la tumba de Ciro.

Tumba de Ciro el Grande

Alejandro Magno visitó esta tumba al menos un par de veces para rendir tributo a este antiguo rey. Alejandro admiraba y fue influenciado por Ciro por su heroísmo en batalla y sus habilidades como gobernante.

Cuando Alejandro volvió de su viaje de la India se encontró con que la tumba de Ciro había sido profanada y saqueada. Se encontró con pedazos de objetos y de cadáver en el suelo. Mandó reconstruir inmediatamente la tumba y crucificó a la persona que había dejado encargada de cuidarla.

La tumba de Ciro el Grande fue visitada por Alejandro Magno al menos en 2 ocasiones

Al poco tiempo después de que el encargado fuese crucificado, quien era el encargado de las finanzas y del tesoro durante la ausencia de Alejandro huyó a Atenas. Algo malo habrá hecho también…

Después de Pasargadae, Alejandro se dirigió a la gran Persépolis (150.000R – 4,05€), en enero de 330 a.C para conquistar esta ciudad y en búsqueda de su monarca Darío III. Entró a la ciudad por la Puerta de las Naciones...

Puerta de las Naciones, por donde entró Alejandro Magno y su ejército al tomar Persépolis

La ciudad fue fundada por Darío el Grande en 518 a.C. Es impresionante cómo toda la ciudad está sobre una base de bloques de piedra.

Toda la ciudad de Persépolis se encuentra elevada sobre una base de bloques

Como se ya ha venido mencionando, el Imperio Persa tenía 4 capitales para poder controlar su vasto territorio: Babilonia, Susa, Ecbatana y Persépolis, la cuál era conocida en su día como “la ciudad más rica bajo el sol”.

Aquí, representantes de 28 naciones y sátrapas venían a celebrar grandes eventos en presencia del rey. Os invitamos a hacer un recorrido por esta maravillosa ciudad.
La entrada a esta imponente ciudad se realizaba a través de la Puerta de todas las Naciones.

La puerta estaba flanqueada por dos colosales toros que recordaban al visitante que estaba entrando al corazón del Imperio Persa

En cuanto se atravesaba la Puerta de las Naciones, el visitante debía esperar brevemente en el salón de bienvenida, donde había unas figuras aladas.

A partir de aquí el visitante se dirigiría a la apadana, donde las audiencias se llevaban a cabo con el rey. Tenemos que cruzar un patio desde donde se admiraba la apadana, que según se dice era el palacio más impresionante de todo Persépolis. Cuatro enormes torres de tres plantas cada una en cada esquina, pórticos en 3 lados del palacio con 12 gruesas columnas cada uno.

Apadana, o sala hipóstila de audiencias

Para entrar a la apadana teníamos que pasar por una inmensa doble puerta revestida de oro y plata de 18m. de altura.

Y aquí estamos ya, dentro de la apadana, donde las audiencias con el rey se llevaban a cabo.

Cuando se hablaba ante el rey, no se tiene muy claro si se le enviaba un beso en señal de respeto, o si había que taparse la boca al hablar. La figura en frente del rey se aprecia que se cubre la boca

La apadana era un inmenso salón de dimensiones más o menos como las de un campo de fútbol, con 72 columnas de 22m de altura sosteniendo el techo.

En el museo arqueológico de Teherán se conservan algunos capiteles de estas columnas.

Capiteles de la apadana de Persépolis en el Museo Arqueológico de Terán

Año nuevo era la festividad más importante del año. Se celebraba (y curiosamente en la Irán moderna todavía se celebra así) el 21 de marzo, ya que es el día cuando comienza la primavera.

Este día venían delegaciones de “las cuatro esquinas del mundo” a traer ofrendas al rey. Estos eventos han quedado plasmados en hermosos relieves que todavía hoy pueden admirarse en Persépolis.

Los babilonios traían textiles

Los egipcios ofrecían animales como camellos

Aquí tenemos a los lidios, cuya riqueza dependía del comercio y minas de oro, entregando brazaletes y vasijas de oro. Podemos ver cómo un dignatario persa guía de la mano al líder lidio.

El año nuevo se representaba como un león devorando a un toro; es decir, el año nuevo eliminando al viejo año.

Representación del año nuevo en Persépolis

Y por último, no podemos olvidar a los famosos inmortales, el ejército del imperio persa que siempre consistía en 10.000 soldados. Cada vez que uno moría, era herido gravemente o enfermaba, rápidamente era reemplazado para dejar la misma cantidad exacta. Esto daba la impresión que el ejército jamás disminuía y por eso el nombre.

Relieve de los Inmortales

En Persépolis estaba el gran palacio de Darío, construido con toda su pompa regia y cuyas ruinas todavía impresionan.

Un poco más atrás estaría el palacio de Jerjes, hijo de Darío y futuro rey.

Persépolis es una ciudad con gran cantidad de monumentos que es imposible contarlos en unas cuantas líneas. Tiene otras áreas como el salón de las 100 columnas, la tesorería o el harem...

Por último, hay 2 tumbas labradas en la montaña que se cree pertenezcan a los reyes Artajerjes II y Artajerjes III (siglos V y IV a.C.).

Tumbas aqueménidas posiblemente del rey Atajerjes II o Atajerjes III

¿En dónde nos habíamos quedado en nuestra historia con Alejandro Magno? Ah sí, se encontraba entrando por la Puerta de las naciones junto con su ejército.

Alejandro Magno tenía fama de conquistador…por las buenas o por las malas. Por lo general, si la ciudad se entregaba sin ofrecer resistencia, entonces era respetada y su población podía seguir viviendo en paz, incluso sus gobernantes, aunque quedaban absorbidos en el imperio macedónico. No obstante, si las ciudades luchaban contra Alejandro Magno, entonces les esperaba destrucción y sumisión, como es el caso de Tebas (Grecia), donde 30.000 habitantes fueron vendidos como esclavos y otros 6.000 fueron asesinados, además de haber destruido totalmente la ciudad con excepción de los templos, la ciudadela, y la casa de los descendientes del poeta Pindar, como agradecimiento por los versos que le había dedicado a los antecesores de Alejandro Magno. Otro ejemplo es Tiro (Líbano), que también se resistió, y donde 30.000 mujeres, niños y ancianos fueron también vendidos como esclavos, y 8.000 hombres que sobrevivieron a la guerra fueron crucificados vivos en la playa de Tiro.

Babilonia y Susa se habían entregado sin resistencia alguna a Alejandro Magno y fueron respetadas. Ante estos ejemplos en la balanza, obviamente los habitantes de Persépolis no se lo pensaron 2 veces y también entregaron la ciudad. No obstante, el macedonio no fue tan benigno con Persépolis. ¿El motivo de esto? Aquí habían vivido Darío y Jerjes, quienes dos siglos atrás habían invadido Grecia e incendiado los templos de la acrópolis en Atenas. Era momento que Persépolis sufriera el mismo destino.

El ejército de Alejandro estaba cansado de sus maratónicas marchas desde Macedonia, y muchas veces su líder les impedía saquear las ciudades conquistadas. Sin embargo, con Persépolis hizo una excepción, les permitió que robaran, mataran, violaran e hicieran esclavas a su antojo. La ciudad de Persépolis se convirtió en un infierno durante días.

Durante días, Alejandro Magno permitió que su ejército violara, matara, saqueara, y esclavizara a los habitantes de Persépolis a su total antojo

Mientras el infierno ardía para unos, para otros era momento de celebración de grandes victorias. Parece ser que Alejandro Magno y sus soldados estaban en el palacio de Jerjes celebrando con borracheras y orgías cuando el fuego comenzó. Este palacio es de lo que más dañado quedó de Persépolis y todavía en sus ruinas puede apreciarse el daño de las llamas. Toda Persépolis ardería.

Ya no había más que hacer. Persépolis había ardido y la “ciudad más rica bajo el sol” había cesado de existir. Bueno, sí, había algo más todavía que hacer, Alejandro tenía que capturar al huidizo Darío III, así que se puso a ello.

Darío III había huido hacia Ecbatana, así que Alejandro dejó una guarnición de 3.000 soldados en Persépolis y hacia Ecbatana se fue con otros hombres. Para cuando él llega ahí, Darío ya había huido a Raga (cerca de Teherán). Entonces, ahora va Alejandro hacia Raga. Dicen que las últimas 24 horas fueron frenéticas, donde Alejandro y sus soldados recorrieron 180 km en menos de 24 hrs. galopando a toda prisa. Estaba ansioso por poder capturar vivo a Darío III y proclamarse de una vez por todas el legítimo soberano del imperio que acababa de conquistar.

Finalmente Alejandro lo alcanzó. Al parecer Darío se encontraba dentro de una carroza varada, pero cuál fue su sorpresa al ver que el cuerpo de Darío ya estaba frío e inmóvil. El sátrapa Beso, que venía acompañando a Darío, lo había traicionado y asesinado con su lanza. Alejandro Magno fue un hombre duro y sin piedad frente a los que actuaban en su contra, pero a la vez tenía amplio respeto hacia las costumbres locales y gente que despertaba su admiración.

Se dice que cuando Alejandro vio el cuerpo de Darío lo abrazó y se puso a llorar, ya que no era el fin que quería para un rey: traicionado por uno de los suyos. El macedonio ordenó embalsamar el cuerpo de Darío y enterrarlo con toda pompa ceremonial en el lugar donde estaban enterrados los antiguos reyes aqueménidas, probablemente siendo en Naqsh-e Rostam, aunque su tumba todavía no ha podido ser identificada.

Naqs-e Rostam está a unos 80 km de Shiraz y 4 de Persépolis. Su entrada cuesta 150.000R – 4,05€. En este lugar están enterrados algunos de los reyes aqueménidas en unas impresionantes cruces labradas en la montaña que se ven desde la carretera.

Naqs-e Rostam es repasar la historia persa labrada en la roca. Aquí tenemos grabados que van desde los tiempos elamitas (2500 – 2000 a.C.) hasta el 438 d.C., en periodo sasánida.

El lugar consiste en 4 enormes cruces labradas en la piedra de 22 m. de altura cada una, donde adentro están las cámaras funerarias de los antiguos reyes aqueménidas.

Realmente de la única tumba de la que se tiene certeza de quién es es la de Darío el Grande (522 – 486 a.C.). y es la más antigua de las cuatro.

Tumba de Darío el Grande del siglo V a.C.

Darío el Grande fue el monarca que reinó el Imperio Persa durante su máxima extensión: desde la India hasta los balcanes, incluyendo el norte de África como Egipto y Libia e incluso zonas de Sudán. Él organizó el imperio dividiéndolo en satrapías (provincias) y acuñó una moneda para el imperio. Estableció el persa como la lengua oficial, construyó caminos y homogeneizó los pesos y medidas del territorio. Él fue el que construyó el gran palacio de Susa y también el fundador de la impresionante Persépolis. Así mismo, fue el que atacó Grecia durante la batalla de Maratón.

Debajo de la tumba de Darío el Grande puede observarse un doble relieve sasánida, que nos muestra las victorias que tuvo el rey Bahram II ( 274 – 294 d.C.).

Durante la época del rey Bahram II se eliminaron los últimos restos del helenismo en Persia. Su reinado se vio afectado por rencillas familiares debilitando el imperio sasánida

Tenemos también la coronación del rey Narse (294 – 302 d.C.).

El rey Narse fue el rey de Armenia hasta que subió al trono persa. Luchó y perdió contra los romanos teniéndoles que ceder el oeste de Mesopotamia, cinco provincias al lado del río Tigris y Armenia

Se encuentra también uno de los relieves más famosos de Irán y ya mencionado anteriormente, aquél que muestra la victoria del rey Sapor (239 – 270 d.C.) sobre los emperadores Filipo y Valeriano.

El rey Sapor apresa al emperador romano Valeriano mientras que el emperador romano Filipo ruega por la paz hincado

Siguiendo el orden cronológico de las tumbas, la siguiente sería la que se atribuye a Artajerjes I (464 - 424 a.C.).

 

Tumba atribuida a Artajerjes I con un relieve posterior del rey Hormozd II

 

Este rey persa se construiría también un palacio en Persépolis (solo quedan los cimientos) y contribuyó a aplastar una rebelión en Egipto (456 a.C.). Después tuvo enfrentamientos contra los griegos (450 a.C.) y perdió.

Bajo esta tumba se encuentra el relieve de la victoria ecuestre del rey Hormozd II (302 – 309 d.C.), aunque poco se sabe de este rey.

La tercera tumba que se encuentra en Naqsh-e Rostam es la atribuida a Darío II (424 - 404 a.C.).

Tumba atribuida a Darío II con un relieve sasánida del rey Sapor II

Es poco lo que se conoce sobre Darío II. Se sabe que tuvo que hacer frente a rebeliones y conspiraciones dentro de su imperio. Este rey dejó en paz a los griegos parece ser. Y poco más es lo que se sabe de él.

Debajo de su tumba hay un relieve de la victoria ecuestre del rey Sapor II (309 - 379 d.C.). Sapor II terminó con la paz de 40 años firmada por el rey Narse con los romanos, para dar así inicio a 26 años de conflictos, incluidas 2 guerras contra los romanos. El rey Sapor II devolvió el esplandor al imperio persa durante su reinado, habiendo reconquistado territorios de Mesopotamia a costa de los romanos, pacificado el Este, y volver a ganar control sobre Armenia.

Por último, la tumba atribuida a Jerjes se encuentra haciendo un ángulo de 90° respecto a las demás.

La tumba atribuida a Jerjes es la que se encuentra al fondo

El rey Jerjes fue hijo de Darío I mencionado más arriba. Jerjes se construyó también un gran palacio en Persépolis, y amplió el de su padre en Susa. Jerjes consolidó su poder aplastando revueltas en Egipto y Babilonia, y fue el que invadió Grecia e incenció el acropólis. Terminó las obras de gran envergadura de su padre como la Puerta de las Naciones y la apadana en Persépolis, o el Camino real, que era una carretera que iba desde Susa hasta Sardes, pudiendo así recorrer 2.699 km en apenas 7 días.

Si continuamos caminando hay otro relieve muy bien conservado que muestra la envestidura de Ardashir I (224 – 239 d.C.).

Coronación del rey Ardashir en el siglo III d.C.

Ardashir fue el fundador del imperio sasánida. Derrotó a los partos e instauró el zoroastrismo como la religión oficial del imperio. Conquistó territorios que pertenecían a la antigua Persia aqueménida, ya que Ardashir quería restablecer el esplendor y poderío de los persas. Comenzó batallas contra los romanos que después traerían grandes dolores de cabeza a su hijo Sapor I.

Además de los relieves, hay una torre del fuego zoroastra de época aqueménida. La verdad es que se desconoce la función que tenía dicha torre.

 

Se desconoce si esta torre zoroastra tenía fines religiosos, o si era una especie de “caja de seguridad” donde se guardaban los tesoros de las tumbas de los reyes

 

A un par de kilómetros de aquí tenemos Naqsh-e Rajab, que son más relieves... ¡esperamos que no os estemos aburriendo con tantos relieves!

La entrada a este lugar cuesta 100.000R – 2,70€ y son pocos pero bonitos relieves que ver. Básicamente son sobre la investidura de Ardashir y Sapor por el dios Ahura Mazda.

Bueno, ya hasta aquí os dejamos por hoy, ha sido un día bastante largo. Podemos decir también que hasta aquí ha llegado en nuestro viaje todo lo que tiene que ver con el imperio persa. A partir de aquí veríamos monumentos de épocas posteriores.

Después de tanto caminar y sin comer, la mejor manera de cerrar nuestro día era yéndonos a cenar. El couchsurfer nos llevó a Café Hedayat (Road 4, al lado de Saadi st.). Os recomendamos este sitio. Está regentado por unos jóvenes y tiene variedad culinaria de calidad. Sirven platos vegetarianos y no vegetarianos, con ingredientes frescos y locales. Tiene un ambiente bastante distendido, con los velos de las mujeres a punto de caérseles. Eso sí, en la barra del local tienen 2 fotos enormes de los Ayatolás, para que nadie vaya a pensar que este lugar se está saliendo del rebaño.

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Día 10: Haft Tappeh, Zigurat Choga Zanbil, y Susa