Día 3: Umm Qais, ¿la Atenas de Medio Oriente?
Este día en cuanto apenas los rayos dorados del sol de la mañana comenzaron a iluminar la fortaleza de Ajloun, aquella que sirvió para mantener alejados a los cruzados, nosotros nos subimos al coche para dirigirnos aún más hacia el norte de Jordania, prácticamente a la frontera con Siria. Nos íbamos para Umm Qais y teníamos que estar ahí a las 9 de la mañana, ya que un guía nos estaba esperando para hacer una excursión por las montañas.
Umm Qais es una antigua ciudad greco-romana fundada como colonia militar por los soldados macedonios de Alejandro Magno en el siglo III a.C. Se encuentra en lo alto de una montaña. Está prácticamente en la esquina noroccidental de Jordania, lo que le permite estar en una ubicacion geográfica con unas vistas envidiables.
Yo estoy de pie en Jordania, las montañas que veo a mi derecha es Siria, y al fondo se ve el Mar de Galilea (que es un lago) que está en Israel. En un día claro (que a nosotros no nos tocó) se alcanza a ver a lo lejos el Monte Hermón, que se encuentra en Siria y Líbano. Así que desde aqui uno ve 3 o 4 países.
Lo que ahora son unas vistas envidiables, antes era una ubicación estratégica militar envidiable. Umm Qais marcaba la frontera entre el imperio ptolomaico y el imperio selúcida. Cuando Alejandro Magno muere, tenia un imperio tan vasto (desde Grecia y Egipto hasta la India) que era imposible mantener en orden tal cantidad de miles de kilómetros y diferentes culturas para sus sucesores. Por ello, el imperio se dividió entre los 4 Generales de Alejandro Magno: Casandro (que se quedó con Macedonia y Grecia), Antígono (con Asia Menor, hoy Turquía), Ptolomeo (con Egipto, Palestina, Chipre y Petra. Él inicia la dinastía Ptolomaica que termina con la muerte de Cleopatra en el 31 a.C.) y Seleuco (quien funda el imperio selúcida en Siria, Babilonia, Persia e India). Los ptolomeos y selúcidas se pelearon constantemente por Umm Qais, o Gadara, como se conocía en aquél entonces.
Al igual que Philadelphia (Ammán) y Jerash, Umm Qais (Gadara) también pertenecía a las Diez Ciudades, o Decápolis. Si Jerash era poderosa por su comercio y economía, Gadara lo era por su cultura, filosofía y artes. Esta ciudad fue la cuna de muchos poetas, matemáticos y filósofos, que incluso se le llamó la “Nueva Atenas”. En el epitafio de una tumba encontrada en esta ciudad dice:
“Gadara, una excelente morada del aprendizaje. La excelente vivienda de la sabiduría. Aficionada a las musas. Devota a la buena música”
Conoceremos más de esta peculiar ciudad, pero primero os contaremos sobre la excursion por la reserva forestal del Yarmouk que hicimos.
Esta ruta la hicimos con guía y toma unas 4 horas aproximadamente. Todo lo contratamos a través de Wild Jordan, que es una empresa público-privada especializada en ecoturismo por todo el país. Realmente tienen muy buen servicio, muy buenas instalaciones en todo el país, precios fijos, y mucha profesionalidad.
Dentro de la reserva forestal del Yarmouk puedes elegir entre 4 rutas distintas con guía, y 1 ruta que puedes hacer por libre. Nosotros elegimos la ruta llamada Al-Shreif Mountain Trail. Tiene un coste de 14 JOD (20 €) por persona e incluye: la entrada al parque natural, el guía, y el transporte de regreso al centro de interpretación. Si llegas en coche, el centro de interpretación tiene un parking. El guía la verdad es que fue muy amable y tenía muchos conocimientos sobre la flora y fauna del lugar, así como de sucesos históricos. Todo lo que se ve en esta ruta es lo que explicaremos a continuación.
Esta reserva tiene 4 tipos de vegetación: bosque de robles caducifolios, vegetación de agua fresca, vegetación mediterránea, y pino cultivado de Alepo.
En total, hay unas 547 especies de plantas distintas. Hay también 18 especies de mamíferos (como gazelas o chacales), 199 especies de pájaros, y 19 tipos de reptiles, como víboras y ranas.
Muy probablemente por estas colinas también caminó Jesús de Nazareth en compañía de sus apóstoles.
Al fin y al cabo lo que se ve en la foto superior derecha, al fondo, es el Mar de Galilea, lugar donde según la biblia Jesús calmó las tormentas y caminó sobre el agua. En la orilla norte de este lago es donde también la tradición cristiana nos cuenta que Jesús hizo la multiplicación de los peces y panes. Según nos dice la biblia, cuando Jesús se enteró que habían matado a Juan Bautista, Jesús se subió a un bote en este lago él solo y se fue a reflexionar. La gente de los pueblos de alrededor y de muy lejos iban caminando por la orilla del lago siguiendo el bote. Finalmente, cuando Jesús llega a la orilla norte, había unas 5.000 personas esperándolo, y ya se estaba haciendo tarde. Jesús le dice a sus discípulos que alimenten a la multitud. Pero los discípulos le dicen que solo tienen 5 panes y 2 pescados. Jesús, mirando al cielo y agradeciendo, comienza a partir el pan y el pescado y a repartírselo a sus discípulos, para que ellos se lo entreguen a la gente. Y así, milagrosamente, 5.000 personas consiguieron alimentarse.
Es también uno de esos montes que se ven en la foto de arriba el Monte de las Bienaventuranzas, que es el monte donde Jesús dio el Sermón de la Montaña “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos...”.
La ciudad de Gadara (Umm Qais) ya existía en los tiempos de Jesús. De hecho queda registrada su visita a esta ciudad en la biblia, en los evangelios de San Lucas, San Marcos y San Mateo.
En esta ciudad habitaba un hombre que vivía en los sepulcros y nadie lo podía dominar debido a su fuerza. Durante el día y la noche se pasaba gritando entre las tumbas y se lastimaba a sí mismo golpeándose con piedras. La gente de Gadasa lo encadenaba, pero el hombre era tan fuerte que conseguía romper las cadenas. Cuando Jesús entró a Gadasa, el hombre corrió hacia él para pedirle ayuda. Jesús le preguntó cómo se llamaba, y el hombre le contestó: “Legión, ya que somos muchos”. El hombre estaba poseído por varios demonios a la vez. En las montañas de alrededor había un grupo de cerdos pastando. Entonces, Jesús le sacó los demonios al pobre hombre y los puso todos en los cerdos, los cuáles comenzaron a correr por la montaña y se precipitaron al Mar de Galilea por un despeñadero, donde murieron todos ahogados.
Si creyéramos en lo que dice la biblia, probablemente por uno de estos acantilados es donde habrían corrido los cerdos.
Cerca de Gadara hay unos baños romanos que eran famosos entre la población local. Jesús supuestamente es ahí donde curaba a los leprosos. Desafortunadamente estos baños no los pudimos visitar porque se encuentran ya del lado israelí.
Estos baños antes de la época de Jesús pertenecían a Gadara y era donde la élite iba a disfrutar de sus días. Eran uno de los baños más grandes del mundo romano.
Anterior a los romanos y a Jesucristo, en época helenística, Gadara era una ciudad bastante abierta. Aceptaba tanto las ideas de occidente como las de oriente. El griego era la lengua que más se escuchaba en sus calles, pero sus habitantes estaban abiertos a aprender otras lenguas de alrededor, como por ejemplo el filósofo Abnimos, que aprendió el hebreo tan bien que era capaz de recitar la Torah de memoria y debatir con los rabinos judíos.
En esta época la ciudad era famosa por 3 cosas: sus vinos, sus cosechas, y sus aguas termales (de los cuales ya se han mencionado los baños más arriba).
Por estas calles pasearon grandes filósofos de distintas corrientes.
Cuando pensamos en la filosofía griega, todos pensamos en Sócrates, Platón y Aristóteles. Estos filósofos y muchos otros de su época reflexionaron sobre la política y el Estado en Grecia, y sobre cómo debería de comportarse la sociedad. No obstante, con la llegada de Alejandro Magno al poder (siglo IV a.C.), Macedonia comenzó a dictar las políticas a Atenas. Interesantemente, esto provocó de manera paulatina y quizás inconsciente, un cambio en la manera de hacer filosofía en Grecia. Los nuevos filósofos ya no se interesaban tanto por la política, si no que más bien se interesaban en el individuo. Quizás por sentirse desmotivados ya que sus vidas estaban siendo gobernadas por un agente extranjero.
En la época de Alejandro Magno nacerían 4 nuevas corrientes filosóficas: los cínicos, los escépticos, los epicúreos y los estoicos.
Gadara tuvo entre sus ciudadanos a grandes exponentes de la filosofía cínica y epicúrea.
Los cínicos comenzaron con Diógenes en Atenas. Diógenes pertenecía a la élite. Pero algo, quizás la derrota de Atenas, le provocó un disgusto por todo aquello que antes apreciaba. Comenzó a identificarse con la clase trabajadora y a vestirse como ellos. Comenzó a predicar al aire libre de manera que hasta la gente sin educación pudiera entenderle. Él decía que “lo que se podía entender, debía ser entendido por la persona simple”. Creía en el “regreso a la naturaleza” de tal manera que ya no debería de existir un gobierno, una religión, propiedad privada o casamientos (vamos, toda una similitud con la canción de Imagine de John Lennon). Su discípulo, Antisthenes, llevó esta filosofía incluso más lejos y rechazó cualquier convencionismo relacionado con el dinero, comida, vestimenta, vivienda o decencia. En otras palabras, decidió vivir como un “perro” y por eso se le llamó “cínico”, que significa “canino” en griego.
Los cínicos buscaban la virtud a través del desprendimiento de las cosas materiales y placenteras.
Gadara tuvo 3 grandes cínicos: Menippus (esclavo en origen, compró su propia libertad, y después se fue a enseñar filosofía a Grecia en el siglo III a.C.), Meleager (siglo I a.C.) y Oenomaus (siglo II d.C.).
Los epicúreos, por el contrario, decían que el placer era “el inicio y final de una vida bendita”. Y la virtud se medía en la “prudencia de perseguir el placer”. Es decir, Epicúreo no estaba a favor de los placeres hedonistas, si no que él decía que el placer se encontraba en la ausencia del sufrimiento, más que en el placer en sí. Si comías todo el tiempo comida deliciosa, los dolores del estómago que vendrían después serían mayores que el placer de comer. Se necesitaba tener un equilibrio. El sexo, de acuerdo con Epicúreo, debería también de estar prohibido, ya que el sexo provoca muchos vaivenes que pueden provocar sufrimiento. Para Epicúreo, el tipo de relación más recomendable era una amistad.
El filósofo más importante de Gadara fue Philodemo (siglo I a.C.), un poeta filósofo epicúreo que después se fue a vivir a Herculano, cerca de Pompeya, donde afortunadamente su extensa biblioteca se salvó de las llamas del Vesubio en el 79 a.C. y se conserva hasta hoy en día.
Otros de los filósofos famosos de Gadara es Theodoro, quien fundó en el siglo I a.C. una escuela retórica, y enseñó la retórica en Atenas al futuro emperador Tiberio. Apsines (siglo II d.C.) también fue otro filósofo de Gadara que enseñó en Atenas. y Philo (siglo III d.C.) fue un gran matemático que hizo importantes aportaciones al debate sobre el valor numérico del Pi (3.141592.....).
Por todo ello es que a Gadara se le conocía como la “Nueva Atenas”, la ciudad de los filósofos. Hoy en día son pocas las ruinas greco-romanas que se pueden apreciar. Entre ellas, tenemos la basílica romana.
En época romana una basílica era un lugar dedicado al mercado, transacciones financieras, y el culto a los dioses. Era donde se administraba la justicia y donde se reunían los ciudadanos para tratar temas comunes.
Cuando el imperio adopta el cristianismo, muchos de estos edificios pasarían a convertirse en espacios religiosos, e incluso adoptarían la misma palabra para seguirse refiriendo a estas nuevas iglesias.
La basílica de Gadasa sigue manteniendo algunas construcciones de cuando se convirtió en iglesia bizantina en el siglo VI. La iglesia sería destruida 200 años después por los terremotos que asolaron la zona.
Debajo de la basílica, se ve una antigua hilera de tiendas de la época.
Como buena ciudad romana también tenía que tener su teatro. Éste tenía capacidad para 3.000 personas y lo que es curioso es que está construido en piedra de basalto. Es el primer teatro romano negro que veo.
Realmente Umm Qais tiene pocas ruinas romanas que ver. Todo se encuentra todavía relativamente vírgen ya que las excavaciones apenas han comenzado en 1980. Así que por ahora pareciera que su historia que podemos ver en los libros sobrepasa la que pueden ver nuestros ojos. No obstante, quizás en los años venideros nuevos interesantes descubrimientos se vayan haciendo aquí.
Incluso, sobre la ciudad romana hay muchos vestigios otomanos (siglo XIX), que era donde vivían las familias hasta hace apenas unas décadas, cuando el gobierno de Jordania los desalojó para poder comenzar con las excavaciones.
Y hasta aquí había llegado nuestro día, aunque no nos podemos ir sin antes deciros sobre otro lugar que visitamos y está a escasos minutos de aquí en coche: el Valle del Yarmouk. Este sitio es de gran importancia porque aquí se desató una batalla que cambiaría para siempre no solo la historia del lugar, si no la historia del mundo.
Ese pedazo de tierra que se ve en primer plano en la foto de arriba pertenece a Jordania. Lo verde y la montaña de atrás es Siria, en concreto los Altos de Golán, aunque ocupados por Israel desde 1967. Y es aquí donde se desarrolló la batalla del Yarmouk en el 636 d.C. Por un lado las fuerzas árabes, y por el otro, el imperio bizantino a cargo del hermano del emperador Theodoro.
Antes de comentar la batalla, es importante saber cómo llegamos aquí. El imperio bizantino había estado luchando durante siglos contra el imperio persa, pero nunca contra los árabes. De hecho, el conocimiento que se tenía es que los árabes eran tan solo unas tribus del desierto, a miles de kilómetros al sur, en lo que ahora es Arabia Saudí.
En el año 610 d.C., un miembro de una de estas tribus, la de Banu Hashim, se fue a meditar a una cueva cercana a su ciudad, la Meca. En este entonces, los imperios bizantino y persa estaban enfrascados en sucesivas guerras. Las gentes del desierto sufrían las consecuencias, ya que no podían seguir comerciando a ciudades como Damasco. Constantinopla (capital del imperio bizantino) y Ctesifonte (capital del imperio persa sasánida) luchaban a muerte, y a lo mucho recordaban estas tribus del desierto para reclutarlas en la lucha.
La Meca era una pequeña ciudad. El politeísmo estaba a pedir de boca. La gente tenía templos y rezaba a estatuillas e ídolos. Según se dice había una estatua de Abraham como un hombre anciano, y otra estatua hecha de ágata roja que mostraba a un hombre, con una mano dorada en lo alto, sosteniendo 7 flechas adivinatorias.
Mohamed era aquél hombre que se encontraba en la cueva meditando. Ahí, supuestamente se le apareció una persona presentándose como Jibril (o Gabriel, es decir, el arcángel). Jibril le comenzó a recitar versos, los cuales Mohamed comenzó a escribir, y es lo que posteriormente se convertiría en el Corán. Y Jibril le dijo a Mohamed que él era el último profeta de Alá.
Mohamed comenzó a predicar en la Meca sobre el mensaje de Dios, o Alá. La ciudad estaba hundida económicamente por las guerras de los dos grandes imperios, por lo que sus mensajes de salvación cayeron en atentos oídos. Esto no agradó a la élite de la Meca, que seguían teniendo por dioses a las estatuitas. Persiguieron a Mohamed, y él junto con sus discípulos huyeron a otra ciudad: Medina (“la Ciudad”). Esto sucedió en el 622 y es lo que se conoce como la hijra. Este suceso marcaría el año 0 en el calendario musulmán. Es por ello que hoy, en 2022, en el mundo islámico realmente están en el año 1443.
En el 628 (de nuestro calendario cristiano) el profeta Mohamed recibió otra revelación: siempre que se rezara, se tenía que hacer viendo a la Meca, y no solo eso, si no que a la Ka’ba en específico. La Ka’ba es donde se encontraba el centro del paganismo árabe. De hecho, hoy en día, dentro de ese “cubo” negro enorme alrededor del cuál rezan los musulmanes, lo que hay dentro es un pedazo de piedra. Se cree que fue un meteorito que cayó hace siglos y al que los árabes rezaban desde antes del nacimiento del Islam.
El profeta y sus seguidores ya iban teniendo tal fuerza que tuvieron que ser admitidos de vuelta a la Meca. Una nueva religión estaba comenzando, bajo un lema que dice todavía hoy en día: no hay un dios más que Alá, y su profeta es Mohamed.
A diferencia de Jesús, el profeta Mohamed era un líder político, y un gran estratega. Además, en el Islam no hay separación entre la religión y la política. Por lo que el profeta Mohamed cogió la espada, su caballo, y el corán, y comenzó a expandir el Islam por las dunas del desierto y las ciudades que ahí había.
Si los logros del profeta en su vida fueron de gran calado, más espectaculares aún serían los logros alcanzados por sus 3 siguientes sucesores, o califas.
Este pequeño grupo de religiosos del desierto fueron a retar a los dos mayores imperios del mundo: el bizantino y el persa. En apenas 10 años, derrotaron al imperio persa, tomando su capital Ctesifonte, sobre el río Tigris en la actual Iraq. Después de esto, los árabes voltearon su atención hacia el imperio bizantino. Y es esto lo que nos lleva al Valle del Yarmouk.
Aquí se enfrentaron las fuerzas armadas cristianas y las musulmanas por primera vez. Unos con la cruz en su estandarte, y otros gritando “Allahu Akhbar (Alá es grande)”.
El imperio bizantino sufrió una humillante derrota, y los árabes desde aquí, desde el Valle del Yarmouk, se hicieron con Siria, Palestina y Egipto. El imperio bizantino se estaba replegando. Después llegaría el turno al norte de África, y 50 años después, los árabes musulmanes ya entraban a España.
Esta batalla tuvo un doble proceso simultáneo: el de “arabización” e “islamización”. El árabe, que solo se hablaba en Arabia Saudí, comenzó a utilizarse en los territorios conquistados, dejando de lado a las otras lenguas. Gadara poco a poco dejaría de hablar griego y latín, para comenzar a hablar en árabe. Y lo mismo ocurriría con Jerash y las otras ciudades. Gadara se convertiría en Umm Qais y Philadelphia en Ammán.
La expansión del Islam fue más allá que la del árabe. Por eso, hoy en día, tan solo una quinta parte de los musulmanes es árabe. De hecho, el país musulmán más poblado del mundo es Indonesia. Gracias a esta batalla, el Islam se expandería y llegaría a convertirse en la segunda religión del mundo a dia de hoy, con el 25% de la población del planeta siendo musulmana (y el 31% cristiana).
El sol ya se estaba metiendo. Estábamos de vuelta en Umm Qais, la antigua Gadara, desde un restaurante con unas vistas espectaculares hacia el valle de Palestina, el Mar de Galilea, y los Altos de Golán.
Mañana volveríamos a coger el coche y comenzaríamos a bajar hacia el sur, siguiendo toda la frontera con Israel y Palestina, para visitar algunos lugares santos cristianos, y terminar en Mádaba, una ciudad donde se concentra una de las mayores comunidades cristianas de toda Jordania.
Pero primero era momento de regresar a nuestro hotel y descansar un rato. Nosotros nos hospedamos en Beit al Baraka ( 73 JOD - 103 € la noche habitación doble con baño compartido y desayuno incluido). Este alojamiento realmente es un Airbnb. Es una casa grande con su propio jardín donde sirven el desayuno. Los que atienden son muy amables y el desayuno muy rico y completo.